La maternidad subrogada es el proceso por el cual una mujer se compromete, por contrato, un ser fecundada mediante una técnica de reproducción asistida, con el fin de quedar embarazada y llevar a cabo una gestación, para luego renunciar a su hijo en favor de otros .
La subrogación altruista -sin dinero de medio-solo ocurre en casos muy excepcionales: entre familiares o amigos muy cercanos. La gran mayoría de mujeres que se encuentran en esta práctica son las que se encuentran en grave necesidad económica. En algunos países se trata del caso de las mujeres que se ponen en manos de las empresas extranjeras, y firman contratos que a menudo no entienden en los que no saben a qué se comprometen. Son Acuerdos en los que se exigen el aborto si el cliente se arrepiente de su deseo de tener ese hijo o hija, en los que el bebé puede ser abandonado por los contratantes del servicio si no cumple con sus expectativas.
Son Acuerdos en los que se exigen el aborto si el cliente se arrepiente de su deseo de tener ese hijo o hija, en los que el bebé puede ser abandonado por los contratantes del servicio si no cumple con sus expectativas.
Este fue el caso de Gammy, un bebé con síndrome de Down nació de una madre de alquiler en Tailandia, que fue abandonado por la pareja australiana que lo concibió. Los padres biológicos contrataron a una mujer tailandesa para que gestara mellizos un cambio de 13 mil dólares; Sin embargo, después de que uno de los pequeños tenía un síndrome de Down y problemas cardíacos, se llevaron a solas a su hermana melliza y abandonaron a Gammy con la madre gestante: una mujer soltera de 21 años y con dos hijos pequeños.
Esto hizo que en 2015 Tailandia adoptó una ley que prohibió la subrogación comercial a los extranjeros. Ahora, las únicas personas que usan esta técnica-de la recta de la moda altruista-son parejas heterosexuales tailandesas, casadas y con problemas de fertilidad.
La legislación europea es mucho más estricta con este tipo de prácticas y así, en 2014, un informe del Parlamento Europeo condenó la práctica de la gestación subrogado «por atentar contra la dignidad de la mujer» al señalar que el cuerpo y la función reproductiva de Las mujeres usan como mercancías.
Francia evita otorgar la nacionalidad a los niños y niñas nacidos por subrogación, con el fin de desincentivar esta práctica entre sus ciudadanos.
Mientras que en Reino Unido o los Países Bajos solo se permite la subrogación altruista y no es posible forzar legalmente el cumplimiento de los contratos de gestación -la gestante puede quedarse con el hijo o hija, en los países como Francia o España tanto la subrogación comercial Como la altruista están prohibidas. El caso de Francia es especial, ya que el tampoco permite tramitar la adopción de niños y niñas que han sido concebidos en el extranjero a través de vientres de alquiler. Francia evita otorgar la nacionalidad a los niños y niñas nacidos por subrogación, con el fin de desincentivar esta práctica entre sus ciudadanos.
En España, aunque la legislación existente es bastante flexible -la justicia española permite inscribir en el Registro a los niños y niñas que nacen mediante esta práctica en el extranjero-, las campañas mediáticas de lobbies pro regulación y las agencias que gestionan la subrogación han Conseguido que varios partidos políticos plantean su legalización en la península. El modelo que se propone en el estado de español con la compensación, la madre podría ser retribuida por los gastos médicos y las molestias del embarazo.
Admitir de forma legal la gestación subrogada -aunque solo sea la altruista- significa abrir la puerta a un lucrativo nicho de negocio que se alimenta de la desigualdad estructural de las mujeres y de su capacidad reproductiva.
A primera vista esta ley puede parecer una buena idea para acabar con el turismo reproductivo fuera de España, pero lo cierto es que admitir de forma jurídica la gestación subrogada -aunque solo mar la altruista- significa abrir la puerta a un lucrativo nicho de negocio que Se alimenta de la desigualdad estructural de las mujeres y de su capacidad reproductiva.
Las agencias que gestionan la subrogación en los países donde solo está permitido en su forma de pensar, si bien solo es legal reembolsar los gastos médicos de la gestante, los padres terminan pagando a las mujeres en dinero negro o con regalos. Además, la ley española permite compensar las molestias del embarazo, por lo que la puerta al negocio y el intercambio de beneficio más allá de las expensas médicas quedaría abierta.
Ser padre o madre no es un derecho y el deseo de algunas personas de tener descendencia no puede estar por encima de la dignidad del niño, la niña y la madre.