Sobre la terminología
Gestación subrogada, vientres de alquiler, maternidad subrogada, gestación por sustitución, subrogación gestacional… ¿Qué TÉRMINO te parece más apropiado para referirnos al tema que nos ocupa? ¿Por qué? ¿Qué se enfatiza o invisibiliza?
En realidad, el término más adecuado sería “la ley del deseo” como dice la película de Almodóvar…porque creo que es lo que en realidad hay detrás de esto. Quizá el que
más me gusta es “gestación comercial” o “vientres de alquiler” porque evidencia la parte del “mercado” que hay, porque en realidad lo que está detrás de esto es la venta de criaturas.
El resto de los términos creo que en cierta forma son eufemismos porque gestar, como respirar, no se puede subrogar, gestar es un proceso humano… sería como decir “respiración subrogada”. Lo que se hace es donar el producto de esta gestación que, en este caso, es un ser humano. Estos eufemismos no atienden a lo que es el proceso e invisibilizan partes importantísimas del mismo tales como, por ejemplo, la selección (epigenética, de sexo…) que se realiza; la hormonación que conlleva; el parto; el postparto; las consecuencias psicológicas que tiene ceder a la criatura que has gestado; etc.
Derecho vs. deseo…
Algunos agentes sociales proponen regular el “derecho a la gestación subrogada”. ¿Estás de acuerdo en considerarlo un DERECHO más allá del deseo? ¿Por qué? ¿Consideras que esta práctica puede considerarse una TÉCNICA más de reproducción asistida (una vía alternativa para personas que tienen cerradas las puertas de la gestación asistida y/o a las personas que tienen limitados los requisitos para la adopción…) o es otra cosa? ¿Por qué? La maternidad y paternidad no es un derecho.
Que algo sea un derecho no es una cuestión de preferencia individual. De hecho, si fuera así tendríamos una colisión con el aborto en cuanto que si la paternidad fuera un derecho las madres no podrían interrumpir su embarazo de forma individual y autónoma, hasta ese punto llegaríamos.
Hay miles de criaturas en el mundo pendientes de ser adoptadas. El derecho a una tutela materna y paterna sí es un derecho, es un derecho del menor y la menor. Por otro lado, ¿De verdad vamos a considerar un ser humano una técnica o un medio? ¿Son las mujeres máquinas reproductivas? Cuando por fin las mujeres conseguimos un estatus de sujeto, negado por la ilustración y por la historia… ¿Nos van a convertir en objetos reproductivos? Desde una posición mínimamente ética un ser humano no puede considerarse un medio. El día en que vivamos en sociedades que así lo consideren estaremos quebrando principios de convivencia que ha costado mucho asentar y consensuar.
¿Tiene sentido prohibir el poder reproducirse si en un momento dado existen los mecanismos para poder hacerlo?
Nadie prohíbe reproducirse, lo que está prohibido es la venta de criaturas. Eso tradicionalmente se ha llamado esclavitud. En este caso, además, es una venta de seres humanos por encargo, a estrenar. 25 Si de verdad hay interés por aumentar las tasas de natalidad tendría que haber políticas de gestión social del cuidado, escuelas infantiles, corresponsabilidad… Esto no se va a arreglar porque aquellas personas que tienen capacidad económica suficiente puedan comprar criaturas.
¿Es posible disociar a la madre gestante del bebé y entender que ésta es sólo la “portadora”? ¿Qué analogías puede haber con la donación de óvulos?
Madre es la que pare. En el proceso del embarazo se establecen vínculos afectivos y solo una mujer en condiciones de vulnerabilidad económica aceptaría a que usaran su cuerpo como una incubadora. Y creo que toda la estrategia de separar la carga epigenética de lo que es el embarazo es para evitar problemas legales y para abaratar costes.
¿El vínculo afectivo es mayor en la persona que dona el óvulo que en la persona que lo gesta? ¿De verdad nos quieren contar eso?
Que el bebé no tenga carga epigenética de la madre gestante resuelve problemas legales porque le pueden decir que no tiene ningún derecho sobre esa criatura porque no lleva su carga genética pero no resuelve problemas éticos. Esa criatura no está en un almacén, está en su cuerpo.
¿Cuáles son los riesgos para la salud física y emocional de la mujer gestante? ¿Por qué no se suele hablar de esto?
En este negocio la atención se centra en satisfacer los deseos de las y los clientes y por tanto, en la salud del feto, en la carga epigenética del feto, en que no haya problemas a la hora de inscribirlo, en los plazos de entrega… pero la salud de la madre es irrelevante, por eso no se habla de estas cuestiones en el debate pro-vientres.
Está ocurriendo ya que el 50% de la mal llamada donación de óvulos de Europa se
producen en España (porque en realidad es una venta). Nuestras universidades están llenas de carteles que pone “dona vida”. Sin embargo, los riesgos de esta donación (relacionados con la sobrehormonación…) también se ocultan porque esa parte no interesa mirarla.
También parecen ser irrelevantes los riesgos éticos que supone para la convivencia el hecho de que se puedan comprar seres humanos. Hemos pasado de economías de mercado a sociedades de mercado donde el precio del dinero libera a la persona consumidora de toda responsabilidad ética o moral. “Si tú tienes dinero y algo está en venta: puedes comprarlo”. Esto tiene también un riesgo de salud democrática. Este riesgo también se oculta.
Libertad y dignidad
En cambio, otros agentes sociales alertan de que “alquilar el cuerpo de la mujer” puede atentar contra su LIBERTAD Y DIGNIDAD y la de la niña o el niño. ¿Estás de acuerdo? ¿En todos los casos? ¿También cuando hay libre consentimiento? ¿Por qué? ¿Qué es el libre consentimiento? ¿Hay límites para el libre consentimiento? ¿Cuáles serían?
El libre consentimiento es el mejor mantra que se utiliza cada vez que hay que explotar a las mujeres. El libre consentimiento no se utiliza cuando se habla de esclavitud, ni de trabajar 40 horas al sol y con cadenas, ni de la venta de órganos, ni de las relaciones laborales… Sin embargo, es un mantra que sí se utiliza curiosamente cuando se habla de prostitución, de vientres de alquiler… es un mantra que solo se utiliza cuando los derechos en juego son los de las mujeres, pero no para otro tipo de derechos.
Por ejemplo, nadie dice “bueno, si un trabajador quiere trabajar sin contrato, por la mitad del salario mínimo interprofesional, con cadenas, renunciando a las vacaciones… y no le importa que le peguen latigazos… es libre consentimiento”. Nadie lo dice. Sólo se utiliza cuando concurren derechos de las mujeres.
Por otro lado, el libre consentimiento requiere o parte de dos requisitos éticos: la libertad y la información. Si no se dan esos dos requisitos no hay libre consentimiento. Con respecto a la libertad, en un contexto mediado por la superviviencia, la dominación, el patriarcado, la feminización de la pobreza atravesada por desigualdades de clase y género… no se dan las condiciones éticas para hablar de esa libertad.
En el caso concreto de los vientres de alquiler curiosamente se habla de libre consentimiento para un acto en el que la persona renuncia a su libertad. Es decir, no puede interrumpir el embarazo, no se puede arrepentir, ni cambiar de opinión, ni quedarse la criatura… La libertad nunca puede ser un acto que signifique renunciar a tu libertad (como decía Stuart Mill). Esa libertad no es tal, es sólo libertad para decir “sí” en un momento determinado.
El requisito de la Información tampoco se cumple, ya que es imposible que las madres gestantes sepan los vínculos afectivos que van a desarrollar durante el proceso gestacional. Además, en otros países como la India son mujeres analfabetas las que firman un complejo contrato escrito en inglés que firman con su huella digital ¿Es eso un acto informado? A menudo se apela al slogan “mi cuerpo es mío”. Cuando el patriarcado quiere hacer con nuestros cuerpos lo que le da la gana nos devuelve nuestros propios eslóganes. ¿Por qué no se aplica a otras partes del cuerpo como “mi cornea es mía” y la vendo? El derecho de autonomía de las mujeres al que alude el patriarcado implica también el reconocimiento del derecho de autonomía de las mujeres frente al mercado.
El cuerpo de las mujeres ni es de los hombres, ni es del patriarcado, ni es del mercado, eso significa mi cuerpo es mío. Autonomía y decisión, no que lo puedes ir vendiendo a trocitos.
¿Qué analogías tiene esta práctica con la prostitución? Muchas. La explotación sexual y reproductiva de las mujeres es la piedra angular del patriarcado. En prostitución tienes sexo sin reproducción. En vientres de alquiler tiene reproducción sin sexo. Van afinando la explotación. Esto responde al derecho sexual patriarcal clásico, histórico de explotación, apropiación, alienación sexual y reproductiva de las mujeres lo que pasa es que con el neoliberalismo globalizado lo que antes era una expropiación por parte de los hombres, ahora el mercado ha descubierto que con esto puede hacer dinero.
Lo que tenemos es como una nueva cláusula del contrato sexual, es decir, puedes ponerlo a disposición del mercado, siempre que concurra la situación de vulnerabilidad y necesidad económica como para que tú accedas.
¿Legislar o no legislar?
¿Crees que necesitamos LEGISLAR sobre esta cuestión? ¿En qué sentido? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué problemas puede plantear legislar? ¿Y no hacerlo?
No hay que legislar porque ya está legislado. El artículo 10 de la Ley 14/2006 de técnicas de reproducción humana asistida establece que la subrogación es nula de pleno derecho y que la filiación será determinada por el parto. Legislada está, que no nos engañen.
El mercado ha introducido este tema ahora con muchísima urgencia porque hay problemas a la hora de inscribir a los y las nacidas y algunos países donde esta práctica es legal están exigiendo que haya una legislación en el país de destino que también establezca que es una práctica legal. El discurso en el que se amparan “ya que es una práctica que existe es mejor que la legislemos” es una falacia. Responde a una política de hechos consumados.
¿Qué pasa si lo extendemos a otro tipo de delitos? ¿Dónde nos colocaríamos en términos de políticas públicas? ¿Qué pasaría si se tratara de la trata de seres humanos o de la corrupción? Nadie en su sano juicio aboga por regular la trata con fines de explotación sexual por el mero hecho de que exista. Lo que procedería sería pensar que como las políticas públicas encaminadas a erradicar estos problemas están fallando hay que fortalecerlas.
Detrás de esto están las comercializadoras, el negocio de los bebés. ¿Por qué están tan interesadas en la regulación altruista si son lucrativas empresas? Porque el altruismo aquí (que podría afectar a no más de 7 personas…) les ofrece un paraguas para inscribir a los bebés que consiguen fuera. Yo empatizo con una persona que quiere tener hijas e hijos y no puede, pero la pregunta es del otro lado, ¿Qué significa esto? si regulamos la “altruista” abrimos la puerta a un falso altruismo. ¿Qué mujeres y bajo qué circunstancias se hiperhormonarían, tendrían un embarazo múltiple, un parto, para ceder a una persona desconocida una persona gestada por ellas? Si se regula de alguna fórmula, aunque sea en un marco garantista como, por ejemplo, en el sistema público de salud, con lista de espera en la que tú te apuntas… cuando no haya mujeres gestantes altruistas (que es lo que pasa en Gran Bretaña) como ya es legal en el país, cabe la posibilidad de decir que una mujer ha venido de Ucrania y altruistamente me ha cedido el bebé.
Sabemos del patriarcado, de la feminización de la pobreza, de que las decisiones no las toman ellas… (En la India autoriza el padre o el marido, en EEUU es una decisión familiar, en Nigeria eran menores, las granjas en la India…) pero, sin embargo, quienes lo hacen allí pueden decir que se ha hecho de forma altruista ¿Cómo se demuestra que no es así? ¿Qué analogías tiene esta práctica con la donación de órganos? No es lo mismo necesitar un órgano, que tiene que ver con tu vida, con tu salud, que necesitar una criatura. Tampoco es lo mismo que donar sangre. Tú con tu sangre no generas vínculos afectivos. El proceso de gestación es un proceso en el que hay vínculos emocionales, que implica un cierto peligro… Pensemos, además, que el mercado de los vientres de alquiler no me pone límites, si yo tengo dinero yo puedo comprar una criatura, dos, quince o veinticinco… aunque tenga 70 años…
¿Dónde están los límites?
A menudo, el debate sobre la “gestación subrogada” o “vientres de alquiler” es un debate sobre los LÍMITES… En caso de regular ¿CÓMO debiera hacerse? ¿Qué condiciones debiera contemplar una regulación adecuada? ¿Dónde y cómo debemos establecer los límites del intercambio en el mercado reproductivo?
Pondría los mismos límites que para regular la esclavitud, la venta de órganos, la venta de bebés… porque eso es lo que es.
¿Qué opinas de esos casos de mujeres que dicen haber sido madres gestantes de forma altruista y se muestran satisfechas?
No existe el altruismo en estos casos, lo hacen por dinero, aunque le llamen compensación, como en el caso de la venta de óvulos… Compensación es remuneración y eso no es altruismo.
Hablan de estas mujeres, pero, sin embargo, no hablan por ejemplo de la asociación Stop Subrogacy Now que agrupa a madres arrepentidas.
Si fuese altruista de verdad yo a mitad de camino me podría arrepentir como cuando cedo un riñón a mi hermana, a mitad de camino me puedo echar para atrás sin problema, pero con la “gestación altruista no”. En el mercado el “altruista” no existe.
En cualquier caso, de regularlo, lo plantearía como la donación de órganos, dentro del sistema público de salud, en el que por orden de llegada y necesidad otorgaría esa “donación” … pero no es eso lo que quieren quienes reclaman una regulación. Lo que quieren es que el sistema público de salud pague, pero quieren un acuerdo entre particulares.
En las donaciones de órganos no permitimos que alguien llegue con un riñón bajo el brazo a un hospital público y diga póngame esto… no lo permitimos porque pensamos probablemente usted lo ha comprado. Desconfiamos a priori. Pero ¿por qué cuando son derechos de las mujeres no se desconfía?
La globalidad del fenómeno…
Considerando el carácter global del fenómeno… y tomando en cuenta que la “gestación subrogada” o “vientres de alquiler” es ilegal en la mayoría de los países del mundo, pero legal en algunos otros, en tu opinión ¿Sería deseable desarrollar unas bases legales a nivel INTERNACIONAL que garanticen una mayor protección? ¿En qué sentido? ¿Hasta qué punto lo ves posible o viable? ¿Por qué?
Se precisa voluntad política. Si quisieran lo harían. Otra cosa es que funcione o sea más o menos operativa porque ahí está el caso de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual que abona y alimenta el 90% de la prostitución en España… a pesar de que hay legislación internacional.
Sería bueno que hubiera legislación internacional, ahora el mercado manda y la pobreza no. Está claro que frente al mercado las situaciones de vulnerabilidad dejan expuesta a las personas que viven en esos contextos.
Sobre las consecuencias entre quienes son más vulnerables…
Esta práctica supone una forma de EXPLOTACIÓN (como la explotación sexual o laboral…) para miles de mujeres en situación de especial vulnerabilidad que residen en países en vías de desarrollo ¿Se está haciendo algo para evitar esta situación en países como la India, Tailandia, etc. donde esta práctica genera un negocio de miles de millones de dólares al año? ¿Por qué?
No se está haciendo nada porque es un mercado muy lucrativo, que se está incrementando exponencialmente año a año y donde los ingresos que reciben las madres gestantes son ridículos porque hay toda una suerte de empresas satélites, médicos, ginecólogos, abogados… que se están forrando. Mientras el debate gira solo en torno a las mujeres, de estos otros lobbies no se habla.
Son lobbies muy lucrativos que están presionando para que se autorice una práctica no lucrativa ¿Es un poco raro, no? Es cuanto menos un elemento de sospecha.
¿Es posible que las mujeres de los países “ricos” estemos minimizando la capacidad de decidir libremente de las mujeres de loa países “pobres” re-victimizándolas?
Volvemos al mantra de la libre elección. Yo no revictimizo a las personas cuando determino que no pueden trabajar más de x horas, que debe mediar un contrato, que hay un salario mínimo interprofesional que respetar, etc. Yo no me planteo que estoy restando empoderamiento cuando prohíbo la venta de órganos… (No decimos “le viene bien el dinero, es un trabajo informal vender órganos”). Cuando se trata de derechos que afectan a hombres y mujeres es protección de derechos y cuando se protegen derechos de mujeres frente al mercado y al patriarcado hablamos de revictimización.
Debe haber límites al mercado. Si decidimos que no hay límites al mercado, que todo se puede comprar y vender, compremos órganos, compremos personas… ¿Por qué te puedes comprar 10 bebés a encargo y no 10 checoslovacos? Cuando se habla de derechos que afectan a los hombres, los legítimos “propietarios” de la ciudadanía nos parece muy bien a todos y a todas, pero cuando resulta que son derechos específicos que afectan a las mujeres hablamos de: falta de agencia, libre consentimiento, revictimización… No hay revictimización porque en una relación desigual proteger a quien está en una posición desigual no revictimiza a nadie. Son argumentos solo para nosotras, no se dan en otros debates.
Riesgos y consecuencias…
Recapitulando… Cuando piensas en RIESGOS, costes, consecuencias y/o impactos asociados a esta práctica a nivel ético, a nivel legal, a nivel social, a nivel de salud física y emocional… ¿Cuáles son tus principales preocupaciones? Hemos venido hablando de muchas de ellas pero ¿Cuáles destacarías? ¿Hay algún aspecto que no hayamos abordado y te parezca importante señalar? ¿Crees que todos estos riesgos/consecuencias se suelen contemplar suficientemente en los debates? ¿Disponemos de conocimiento suficiente en relación con todos/as ellos/as? ¿Por qué?
Por un lado, están los riesgos individuales para las mujeres, mujeres en situación de vulnerabilidad, que van a ser madres gestantes: riesgos físicos y sanitarios (hiperhormonación, lo que supone una gestación que no es poca cosa, lo que supone un parto y un postparto…) y riesgos emocionales (lo que implica saber que eres una máquina incubadora y que tus criaturas no son tuyas y que no sabes dónde van a ir a parar…).
También cabe citar los riesgos individuales para la criatura, que tiene derecho a saber su origen (son derechos internacionales reconocidos), quién es su padre y quién es su madre, qué procedencia tiene… pero si le compran este derecho desaparece.
En las adopciones internacionales se puede supervisar quien ha adoptado una criatura y no se dan en paquetes de cinco en cinco, pero en la gestación comercial no hay un organismo institucional que supervise cómo están esas criaturas. En la adopción internacional tenemos claro que hay que velar, tutelar, proteger a esas criaturas ¿Por qué en la gestación comercial no?
Por otro lado, están los riesgos en términos de igualdad. Las más desarrolladas políticas de Igualdad están en los países que vienen denominándose del “norte” que coincide que son países de destino de compradores y compradoras de gestación comercial ¿Significa esto que vamos a tener mujeres de primera y de segunda? ¿Mujeres que tienen derechos y mujeres que no tienen derechos? ¿Es este el modelo que queremos?
Estableceríamos una ciudadanía censitaria, donde las personas con recursos económicos pueden comprar todas las criaturas que deseen y las personas sin recursos económicos tienen que vender su capacidad reproductiva.
Si yo fuera una mujer que trabaja en una multinacional que sanciona la maternidad ¿Por qué voy a poner en riesgo mi trabajo? Compraría ese servicio a una tercera. Si se normaliza… ¿Por qué correr ese riesgo? Así tendríamos mujeres que los compran y mujeres que como no tienen dinero se ven obligadas a venderlos. No podemos apostar por una ciudadanía censitaria.
En tercer lugar, están los riesgos en términos de un consenso ético mínimo en cuanto a normas de convivencia. Los seres humanos hace siglos que ni se compran ni se venden. Un bebé es un ser humano, que en este caso se compra a encargo.
Una reflexión desde una perspectiva social
Por último, algunas participantes del debate público nos plantean cuestionarnos algunos de los habituales argumentos a favor y en contra y reflexionar sobre el fenómeno desde una PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA más amplia… ¿Hasta qué punto crees que “la gestación subrogada” se está presentando como una solución a unos problemas que requerirían de un análisis más profundo del sistema en el que vivimos? ¿Hasta qué punto tiene o no sentido plantear alternativas como la adopción? ¿Hasta qué punto nos debemos cuestionar la heteronormatividad y los modelos de familia? ¿Hasta qué punto cabe reflexionar sobre el modelo de maternidad/paternidad o crianza?
Todo lo que tiene que ver con la gestación comercial revaloriza y visibiliza lo que tiene que ver con la maternidad y paternidad como propiedad. Por un lado, por toda esa obsesión y sacralización de a carga genética “que sea tuyo” genéticamente. No en vano la mayor asociación pro-defensa de la gestación comercial se llama “son nuestros hijos” ¿Qué reclama? ¿Qué se antepone? La propiedad.
En una especie de sacralización de la genética, valen más los óvulos caucásicos que los de otras partes. Para que no haya carga epigenética de la gestante y no tener problemas lo que se suele utilizar como estrategia es comprar óvulos de una caucásica (que en términos racializados vale más…) y luego como es más barato contratar la gestación de una hindú o una nigeriana, así se da el caso de nigerianas pariendo niños o niñas blancas… ¿A dónde nos lleva esto?
Yo nunca arremetería contra las personas particulares que sienten anhelo de tener descendencia y lo viven con frustración. Empatizo. Tampoco arremetería contra una persona 31 que compra un riñón para un hijo o un padre (si legalizáramos la contraventa de órganos), lo entendería. Lo que pasa es que también creo que las normas de convivencia que debemos darnos no deben permitirlo. No nos dotemos de sistemas de convivencia que lo que hacen es incrementar la vulnerabilidad de aquellas personas que están en situaciones más vulnerables.
La legalidad lanza mensajes de legitimidad. Lo que es legal es legítimo. Si el Estado te dice que es legal comprar personas… en el fondo eso lanza un mensaje de legitimidad. Normaliza esas prácticas y habida cuenta de que vamos a sociedades con un consumo acrítico donde el precio del dinero te libera de cualquier responsabilidad ética o moral conviene no transitar estos derroteros.
Vivimos en sociedades donde no hay políticas familiares ni políticas de conciliación, donde las mujeres están retrasando la edad de la maternidad porque es imposible atender el sincretismo entre responsabilidades reproductivas y productivas… ¿Y de verdad creemos que la solución está en el mercado? España es el País de la UE con mayor tasa de tratamientos de fecundidad porque las mujeres por condicionantes laborales, de la vivienda, etc. retrasamos más la maternidad. Si de verdad nos preocupan dichos anhelos, cabe apostar por políticas familiares, ampliar el permiso de paternidad y maternidad… y dejar de provocar que el sexismo en el ámbito laboral aboque a las mujeres a renunciar a algo que no quieren renunciar.
El anhelo de tener hijas e hijos es comprensible, pero ¿Y el anhelo de alimentar a tus hijas e hijos? En un país donde la tercera parte de las y los niños están en el umbral de la pobreza… ¿Qué pasa con el anhelo de que tengan asistencia sanitara? ¿Y el de tener un techo? Ordenemos los derechos. A mí me parece que es prioritario que las criaturas que ya están andando por aquí tengan educación, alimentación, un techo, sanidad… Los mismos partidos que hablan del anhelo de ser padres y madres no dicen nada al respecto de garantizar estos derechos. A mi juicio, empatizar tanto con unos anhelos y despreciar al mismo tiempo otros es muy sospechoso. ¿Hasta qué punto tiene o no sentido plantear alternativas como la adopción?
¿Hasta qué punto la práctica de la gestación subrogada o vientre de alquiler puede ser una vía alternativa para personas del colectivo LGTBI que tienen limitado el acceso a la adopción?
Para tener criaturas la gestación comercial no es la única solución, es la única solución para tener criaturas de tu carga genética.
Las asociaciones pro-vientre de alquiler y a las comercializadores no les interesa el debate de la adopción. En la adopción no hay negocio. Además, quieren criaturas a estrenar a ser posible con su carga epigenética.
En la gestación comercial no hay interés por el o la menor, hay interés por los clientes que compran, el centro no es el menor, por eso no se supervisa. Mientras en las adopciones internacionales el objeto a proteger es él y la menor en la gestación comercial el objeto a proteger son los intereses del cliente. De hecho, hay casos ya donde tú encargas un niño y una niña, de tal raza, con tal gestante… y si el producto no es lo que tú has encargado hay derecho a devolución.
Por supuesto hay que revisar todo lo que es el sistema internacional de adopciones y hay que emprender una lucha internacional por este tema. No puede ser que existiendo miles de criaturas pendientes de ser adoptadas estemos tratando a las personas que quieren adoptar casi con criterios penalistas, como si fueran delincuentes… hay muchos países que no permiten que parejas gays adopten y ahí creo que hay que hacer una campaña.
Por otro lado, yo plantearía que cuando parte del movimiento gay reivindica esta práctica como alternativa parece estar volviéndose conservador, ya que parece que el único modelo de familia a seguir fuera el modelo de familia decimonónico con hijos, con hijas… tiene gracia.