El debate sobre la maternidad subrogada sigue muy vivo y, de hecho, pronto llegará al Pleno del Congreso de los Diputados. ¿Comercialización con el cuerpo de la mujer? ¿Una decisión movida por el altruismo? Los partidos políticos, como en tantas cosas, no se ponen de acuerdo. La izquierda, representada por PSOE yPodemos, rechaza de plano cualquier regulación que le dé amparo en España por convertir a la mujer en «materia prima de un mercado». Ciudadanos la defiende fervientemente con un gesto de solidaridad y sin ánimo de lucro. Y el PP todavía no tiene una posición oficial, con lo que entre sus dirigentes hay quienes la rechazan y quienes quieren permitirla.
Así lo han expuesto las cuatro formaciones políticas durante un debate organizado por el Club Siglo XXI en el que han participado el vicesecretario de Política Social del PP, Javier Maroto; la portavoz de Igualdad del PSOE, Pilar Cancela; la portavoz de Igualdad de Podemos en la Comunidad de Madrid, Paloma García Villa; y la portavoz de Igualdad de Ciudadanos, Patricia Reyes.
En este coloquio se ha evidenciado el abismo que hoy en día separa a los partidos que defienden y rechazan la maternidad subrogada, imposibilitando cualquier punto medio de consenso.
La izquierda se muestra taxativa a la hora de estar en contra de una legalización del proceso y se agarra al rechazo expreso hecho por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que en 2015 se manifestó en contra porque «socava la dignidad de la mujer» y la convierte en «mercancía», como ha recordado la portavoz del PSOE. Así, Pilar Cancela ha señalado que la maternidad subrogada «vulnera los derechos humanos de las mujeres» y conduce a la «comercialización del cuerpo de la mujer». «Los derechos de filiación y custodia es irrenunciable. Los derechos ni se compran ni se venden», ha recalcado.
La portavoz socialista ha advertido en contra de que «las leyes del mercado» sirvan para «regir» las relaciones humanas, porque no vivimos en un mundo «ideal» en el que el altruismo y la solidaridad se imponen. Por tanto, que hay un riesgo evidente a que regulando esta práctica se abra una puerta que implique la «precarización» y la «cosificación» de las mujeres.
También está en contra Podemos, que hace apenas unos días que adoptó oficialmente una postura respecto a la maternidad subrogada, después de un profundo y largo debate en sus filas. Paloma García Villa ha explicado que «meter en un sistema capitalista un sistema por sustitución» es «bastante peligroso» porque sitúa a la mujer como «materia prima de un mercado». Por ello, ha sido muy explícita al advertir de los potenciales riesgos de comercialización que puede desencadenarse. Y, además, erosionar otros derechos como el del aborto, abriendo la puerta a futuros conflictos porque se llegue a considerar que el bebé no pertenece a la madre gestante porque se la disocia como «portadora».
Asimismo, ha invitado a los que quieren ser padres a elegir el camino de la adopción porque eso sí es «altruista». «El altruismo empieza por uno mismo y no por pedírselo a los otros», ha recalcado. En este sentido, ha señalado que la maternidad subrogada no es una demanda social ni de los colectivos de mujeres, sino que se trata de un debate mediático propiciado por «deportistas de élite o la prensa del corazón», es decir, «de personas con un nivel socioeconómico alto».
La portavoz de Podemos también ha incidido en diferenciar entre «deseo y derecho». «La paternidad es un deseo legítimo, pero si choca con los derechos de otras personas tienen que estar los derechos colectivos por encima de los deseos individuales», ha dicho.
En el lado contrario, urgiendo a una regulación en España, ha estado el PP y Ciudadanos. El popular Javier Maroto manifestando su posición personal y Patricia Reyes reivindicando el proyecto de ley registrado en el Congreso por Ciudadanos, y que en los próximos meses deberá llegar a debate.
«La mujer no vende el cuerpo»
La portavoz de Ciudadanos ha apostado por un modelo garantista en el que «no hay un cliente que paga», sino que funciona como las adopciones internacionales, bajo un estricto reglamento. «No hay lucro», ha recalcado frente a las críticas del PSOE y Podemos.
«¿Por qué se dice comercializar? La mujer no vende el cuerpo, sino que ayuda a traer una vida a este mundo», ha incidido. «Nadie es quien para juzgar a esas personas. Parece que no puede existir un sentimiento de solidaridad».
Reyes ha señalado la paradoja de que España se tape los ojos ante la gestación subrogada cuando ya es «una realidad» en nuestro país, con «miles» de personas saliendo de España para poder ser padres. Por ello, ha pedido afrontar este debate y regular una situación que en la práctica se da fuera de nuestras fronteras y en condiciones en que los padres deben gastar mucho dinero.
Así, ha defendido que el proyecto de ley de Ciudadanos es muy garantista con las mujeres y con sus derechos, resolviendo los problemas éticos y legales que ahora se derivan de la maternidad subrogada.
Aunque el PP todavía no tiene posición oficial, Javier Maroto ha defendido vehementemente una regulación que busque un «punto intermedio» entre los casos extremos cuando se habla a favor y en contra. Y pone como ejemplo como países europeos están entrando a legislar, como Reino Unido, Holanda o Portugal.
«No es un capricho», ha dicho, sino que hay muchas parejas que desean ser padres y por circunstancias biológicas no pueden por sí mismos. En este sentido, ha abogado que si el peligro es que las mujeres sean vulnerables lo que hay que hacer es «eliminar la vulnerabilidad» y no mirar para otro lado.
Maroto también ha respondido a Podemos diciendo que no es un tema de «futbolistas, famosos o gays ricos», sino que tiene el interés de la «gente normal y corriente». Y, para respaldarlo, ha citado que el año pasado se registraron en España más niños por gestación subrogada que por adopcipn internacional. Incidiendo en al volumen de personas afectadas.